¿Porqué nos atemoriza cambiar?
Cuando cumplimos dos años de edad aproximadamente comenzamos a fabricar teorías sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea.
Si las experiencias que vivimos a esa edad con nuestra familia, en la escuela, con los amigos son positivas empezamos a formar esquemas positivos sobre nuestra vida.
Si por el contrario esas experiencias son negativas y sufrimos durante nuestra niñez por el entorno que nos rodea, los esquemas que formaremos serán que somos tontos, que nadie nos quiere, que nada lo hacemos bien, que somos feos etc.
Una vez estos patrones de pensamiento se instalan en la mente nuestro inconciente los adoptará de por vida si no hacemos algo por cambiar o modificar esos patrones de pensamiento.
Los seres humanos tenemos la tendencia de mantenernos fiel a las memorias de la infancia y a defenderlas y con eso solo conseguimos auto engañarnos. Por ejemplo recordamos eventos que confirman nuestras ideas y que reenfuerzan nuestra manera de pensar para confirmar esas hipótesis y teorías que hemos sembrado en nuestra mente.
Cierto profesor de una universidad famosa, el cual era altamente machista se implantó una teoría en su mente de que las mujeres nunca podrían ser igual de buenas en una carrera técnica que los hombres.
Para poder comprobar esta teoría les hacía exámenes más complicados a las mujeres que los que les impartía a los hombres. En síntesis manipulaba los datos para que coincidieran con su pensamiento y de esa manera se engañaba a si mismo para engañar a los demás.
Sin embargo, pese a que nuestra mente se resiste al cambio y prefiere quedarse en el area del conformismo, con esfuerzo y con perseverancia puede modificar muchos patrones del pensamiento inapropiados.
Las personas que se resisten a hacer estos cambios se quedan habitando en la zona del conformismo y disminuyen el potencial de creatividad y se convierten en víctimas de la mediocridad y de la costumbre.
Alguien dijo por ahí que debemos aprender del pasado pero nunca anclarnos en el pasado, el pasado es algo con lo cual no podemos trabajar pero con el presente si, y ahí es donde toman lugar los cambios necesarios para evolucionar en nuestro pensamiento y darle rumbo a una nueva mentalidad.
Antonio de Mello quien fue un sacerdote y psicoterapeuta muy conocido por sus libros y sus conferencia sobre la espiritualidad en el ser humano, en cierta ocasión dijo que el ser humano se comportaba como si estuviera nadando en una piscina llena de excremento pero que su preocupación principal era que nadie levantara olas. Dijo también que la verdadera transformación interior requiere ruptura y re-estructuración y para hacerlo, el hombre necesita salirse de esa piscina.
Nuestra mente es conservadora por naturaleza. El cambio nos asusta y nos incomoda. Cuando la idea de hacer un cambio importante llega a nuestra mente se introduce con pensamientos catastróficos y de desórden.
Las investigaciones y los estudios modernos de psicología y de inteligencia artificial demuestra que la mente opera en sus creencias, en sus valores y en sus teorías y las trata de retener a toda costa. Hay un refrán popular que dice “más vale lo viejo por conocido que lo nuevo por conocer”
La mente no discrimina conceptos ni discierne ideas, si alguien guarda en su memoria una idea y la convierte en su propia teoría aunque sea falsa, la mente la preserva y guarda la información si la persona no modifica sus pensamientos, quiebra patrones y los cambia.
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