Una rabieta infantil es una demostración de enojo que sufren los niños entre los seis meses y tres años cuando enfrentan una situación que les causa malestar y una incomodidad extrema.
Los niños menores de dos años no saben canalizar su enojo de otra manera por la falta de la habilidad de poder comunicarse en forma verbal. Conforme el niño crece va aprendiendo a manejar su enojo y a entender que no todas las cosas que quieren las pueden obtener y no todo lo que planean hacer les sale como ellos lo pensaron.
Una rabieta infantil puede tomar lugar en el sitio donde el niño se disgusta al punto de lanzar objetos, morder, revolcarse en el suelo o darle alguna patada a sus padres o a las personas que lo están cuidando en ese momento. También durante el momento de la rabieta pueden agredir a otros niños, amigos o hermanos golpeándolos o mordiéndolos.
En su mayoría estos berrinches o rabietas ocurren en el hogar, en una tienda, en un parque de diversiones o en otro lugar publico donde el niño se ofuscó por alguna razón.
Los motivos de la rabieta varían en el pequeño, desde enojarse al no poder armar un rompecabezas hasta la frustración que siente de no poder comer el postre antes de la sopa de vegetales o porque sus padres se rehusaron a comprarle un juguete que vio en una vidriera.
Una rabieta podría ser sinónimo de una necesidad emocional y caer bajo las siguientes categorías:
1. El niño puede tener hambre, sed o sueño o experimentar síntomas de que está encubando un virus de resfrío o de cualquier otro tipo, lo cual le causará un malestar inexplicable.
Algunas veces para los padres del pequeño el problema que tiene el niño no es fácil de resolver. En ocasiones antes de que el niño tenga fiebre alta, puede estar lloroso e irritable y experimentar un berrinche repentino.
2. Cuando el niño está feliz jugando en cierto lugar como en un parque, en una fiesta de cumpleaños o con sus amiguitos de la guardería y sus padres aprisa lo toman en brazos para llevarlo a casa sin explicarle previamente que necesita despedirse de sus amiguitos para regresar a su hogar, el pequeño no entenderá razones y hará un berrinche rehusándose a dejar el lugar donde se está divirtiendo.
Si se le dice quince minutos antes que en poco tiempo debe irse a su casa y se le recuerda cada cinco minutos, el niño entiende que sus padres deben irse y su actitud será diferente.
3. Todo niño pequeño necesita canalizar sus frustraciones al igual que un adulto y liberar tensiones, miedos y frustraciones.
Como ellos no tienen la facultad de expresar sus sentimientos por medio de palabras y no tienen la capacidad de verbalizar lo que sienten, no saben hacen otra cosa que explotar con una rabieta.
El rol del adulto cuando el niño está experimentando la rabieta?
Para muchos la respuesta sería, ignorarlo, gritarle ó castigarlo. Haciendo eso solo se lograría es que el niño se sienta culpable y humillado.
En realidad el niño estaría siendo castigado por ser sincero con sus padres y confiar sus sentimientos y sus emociones a ellos.
Lo mejor es comprender como se sienten en ese momento y tratar de explicarles en voz calmada porque no se le puede complacer en lo que está pidiendo y tratando de negociar con el pequeño para llegar a un común acuerdo. Esto hará que el niño abandone su actitud berrinchosa por convicción y no por temor al castigo.
El apoyo que nosotros como adultos le brindemos a un niño cuando está atravesando por un momento de frustración es esencial para que la rabieta pase pronto y se sienta mejor.
El amor, la paciencia y el apoyo son las mejores armas que tiene cualquier adulto para abrir una comunicación efectiva con sus hijos a cualquier edad.
Ante una rabieta infantil como las que he mencionado arriba, lo que los adultos debemos hacer es esperar pacientemente a que pase el momento.
Cuando el niño se siente mejor debemos tomarlo en brazos o sentarnos a su lado y aceptar su frustración. Estos momentos deben ser aprovechados por el adulto para mejorar la comunicación con el niño. Al sentirse comprendido entenderá mejor que si lo castigamos por expresar el profundo dolor que está sintiendo en el momento.
Aunque el niño esté muy pequeño y todavía no sepa expresarse de la manera que el adulto desea, aprenderá a entender que el mundo en que vive es un lugar donde hay reglas y que algunas veces aunque quiera obtener algo no lo puede lograr.
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