La personalidad femenina y la masculina

Esta noticia no sorprende a nadie, incluso hay un libro que lleva por título “Las mujeres son de Venus y los hombres de Marte”, sin embargo son muchas las mujeres que pretenden que los hombres piensen como ellas y muchos los hombres que quieren que sus parejas piensen como ellos.

Este deseo irracional de ambos sexos muchas veces conduce a malos entendidos entre las parejas porque los hombres son hombres y actúan como tal y las mujeres, son mujeres y actúan como mujeres.

La personalidad masculina

El cerebro masculino no está desarrollado basado en la empatía como lo está el de la mujer. Se ha comprobado por estudios realizados sobre este tema que las estrategias que emplean los hombres para conquistar sus metas con distintas a las que emplean las mujeres.

Ellos miran el objetivo y avanzan. Las mujeres se dejan guiar más por sus emociones. La mujer puede sentirse en un instante la super mujer que puede conquistarlo todo y un minuto después sentirse que no vale nada.

La personalidad femenina

Las mujeres pueden realizar varias actividades a la misma vez. Ellas pueden estar pendientes del cumpleaños de su esposo, de una amiga, de la lista del supermercado, de recoger los niños en la escuela, de la cita con el dentista y de la ropa que tienen que recoger en la lavandería.

Encima estar pendientes de los asuntos de su trabajo, las vacunas del perro y los mensajes de texto que pueden enviar hacia los cuatro puntos cardinales. Los hombres por el contrario solo pueden concentrarse en una actividad a la misma vez, cuando están trabajando no se acuerdan de la fecha del aniversario ni de pensar que a la salida del trabajo van a ir a comprar un ramo de flores o de textear a su pareja para decirle “como estás?” o “te extraño” pues el trabajo les absorbe el día y descuidan el aspecto sentimental, cosa que las mujeres resienten.

Es por esto que muchos hombres no entienden cuando su esposa se resiente y les reclama y ellos se preguntan “Como es posible que se moleste porque yo trabajo?”

Amar sin juzgar ni condenar

Una solución para este problema es amar sin condenar. Amar sin tejer conjeturas en la mente o creencias que buscan siempre tener la razón. Eliminando los prejuicios y dejando de juzgar a la pareja por su conducta es una manera de llevar bien el matrimonio. Asi no habrán reclamos, no habrán heridas y corazones rotos por malas interpretaciones.

Cinco consejos para llevar una buena relación

He aquí cinco consejos que ayudarán a la pareja a llevar su relación con armonía y tener una estabilidad sentimental que satisfaga a ambos.

1. No discutir por asuntos sin importancia.

Si a él se le olvidó tu cumpleaños, recuérdale sutilmente cuando se vayan a dormir.

Eso lo hará sentirse mal y probablemente al día siguiente o en el fin de semana te invitará a celebrarlo.

Si se lo reclamas de mala manera solo lograrás ponerlo de mal humor.

2. No reclamarse el uno al otro por celos que no son fundados. La imaginación puede volar muy lejos de la realidad.

Pero la imaginación que contiene pensamientos negativos se llevará el amor, la confianza y la armonía lejos de la relación sin que tu te des cuenta.

3. Busca el momento apropiado para discutir un tema serio, como algún problema con uno de los hijos, un problema personal, un asunto de dinero u otro tipo de problema que requiere atención pero que traerá estrés a la relación y la reacción podría ser distinta si se dice en un momento indebido que si se discute en un momento apropiado.

4. No interfieras en las actividades de tu pareja, propias de su sexo.

Si tu esposo, quiere sentarse frente al televisor a ver un partido de fútbol y a ti no te interesa mirarlo puedes hacer dos cosas. Apoyarlo y sentarte con los niños a mirar el partido con tu esposo, hacer una merienda y disfrutarlo o sentarte a mirar una revista de modas y de secretos femeninos para lucir más sexy o más bella.

Discutir por la televisión para ver tu programa favorito cuando él está mirando su deporte preferido no es una buena estrategia para llevar la fiesta en paz.

5. ella, pasa ratos en las redes sociales chateando con sus amigas, él no debería reclamar pues no hay razón de hacerlo.

Si no está hablando con el amante o con un ex novio lo único que ella está haciendo es pasando un buen rato al igual que él cuando habla de deportes con algún amigo o familiar.

Conclusión

Como dice un refrán popular “cuando uno no quiere dos no pelean”. Las discusiones acaloradas siempre comienzan porque uno de los dos no le parece como el otro está actuando.

Vivir y dejar vivir es el principio de cualquier matrimonio feliz. La intimidad es muy linda pero para tener buenos momentos en la intimidad, el día tiene que haber transcurrido sin gritos, sin disgustos, sin ofensas y sin heridas.

Como se logra esto? Respetando los límites y aceptando las diferencias que existen entre la personalidad femenina y la masculina.

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El amor no correspondido