6. Alivio
Aunque el alivio muchas personas podrían interpretarlo negativamente, los dolientes experimentan una sensación de alivio a su dolor en una u otra forma.
Si el difunto sufrió mucho antes de morir, la familia siente consuelo de saber que ya no está sufriendo. Otros dolientes sentirán un alivio financiero, si han estado pagando cuentas de hospitales y de medicos de una manera exagerada.
Algunas veces el doliente se siente culpable en esta etapa del alivio. Piensan que no tienen derecho a sentir una sensación de alivio después de un golpe como el que recibieron.
Los que están ayudando a los dolientes a atravesar por las etapas del luto, deben hacerlos entender que está bien que se sientan aliviados y que no se sientan egoístas cuando se siente de esta manera pues el que se fué está contento de verlos aliviados.
Algunas veces los que están ayudando a los dolientes les dicen que el ser querido que se fué, desde dondequiera que esté se sentirá mas tranquilo si no los ve desesperados o llorando. Llegar a esta etapa es difícil pues muchísimas personas retroceden y vuelven a la primera o segunda etapa y no pueden aceptar la muerte de su ser querido.
En esta etapa las personas aceptan un poco mejor la pérdida pero todavían sufren y lloran al ser querido sin embargo, los dolientes se aferran más a la vida que en las etapas anteriores.
7. Restablecimiento
Esta última etapa se desarrolla muy lentamente conforme el doliente aprende a manejar sus sentimientos de culpa y la negación va desapareciendo.
La persona que sufrió la perdida ve el futuro con más ilusion y goza mas del presente y el recordar al ausente se les hace menos doloroso.
Los que han estado al lado del doliente amigos, terapistas, consejeros, sacerdotes o pastores deben advertirle que no se precipiten a hacer planes y los ayudan a salir adelante y a superar el luto.
En 1965 Gorer hizo un estudio sobre los dolientes que no superaron el luto al atravesar las etapas mencionadas presentaron síntomas de llantos repentino, insomnio, dificultades de concentración mental, falta de apetito, pérdida de memoria y adicciones a barbitúricos y a otras drogas prescritas.
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