La seducción para muchos puede ser natural pero para los que nunca se han atrevido a intentarlo puede es algo que pueden aprender hoy.
El saber seducir o conquistar a alguien interesante tiene mucho que ver con la actitud pues la persona debe estar dispuesta a dar lo major de si mismo para que la persona a la cual se le intenta seducir le preste atención.
Los individuos que son seguros de ellos mismos saben que no existen obstáculos que se interpongan para poder seducir a alguien pues la confianza que ellos tienen en si mismos se nota demostrando una actitud de “a quien yo quiera seducir caerá a mis pies con facilidad”.
Lo que los psicólogos recomiendan
Los expertos en psicología social y en relaciones públicas afirman que para poder demostrarle a otros quienes somos realmente necesitamos tener esa seguridad pues nuestra auto confianza sobrepasa el arreglo personal, la vestimenta y nuestra apariencia física.
Desde que la mujer y el hombre existen en la historia, el ritual de la seducción comienza con miradas de coqueteo y eso hasta la fecha de hoy no ha cambiado porque es la mirada la que nos ayuda a atraer a las personas que nos interesa llamarles la atención.
Tener miedo a no ser correspondidos es lo que no nos deja conquistar a ese muchacho o muchacha en el caso de los hombres. Por esa razón antes de pensar en confiar en nuestras destrezas seductoras.
El lenguaje corporal se desarrolla
El lenguaje corporal se desarrolla, uno no nace con ese lenguaje que necesitamos para seducir a alguien. En algunos países existen escuelas que ofrecen talleres de seducción. En su mayoría estos talleres son apoyados por mujeres que quieren aprender el arte de la seducción.
Los hombres en cambio prefieren aprender a vencer la timidez para arriesgarse a seducir a una mujer que les gusta sin el temor de ser rechazados.
Para aprender a seducir las personas tanto hombres como mujeres deben elevar su autoestima pues deben sentirse seguros en reunions sociales donde se les pueda presentar la oportunidad de seducir a alguien que les interese.
Un maestro de la seducción
Neil Strauss un hombre con poco atractivo personal para las mujeres se convirtieron en un maestro de seducción y conquistó todas las mujeres que quiso.
Strauss escribió un libro llamado “El Método”. Para muchos hombres este libro fue la tabla de salvación porque muchos lograron aprender las estrategias para tener un éxito rotundo con las mujeres.
Strauss tuvo un pasado muy triste lleno de fracasos y según dice el mismo antes de aprender a seducir todas las noches rezaba para no morir virgen, pues jamás había logrado llevarse una mujer a la cama.
Primero aprendió a bailar y a cantar, estudió el Tarot y aprendió a actuar. De esta manera Strauss se transformó en todo un experto que hoy aconseja a los hombres sobre cuales cosas les interesa a las mujeres y cuales no.
Algo que las mujeres no saben
Las mujeres no saben que para un hombre lo más difícil de una relación es seducir a la mujer. Las chicas piensan que para el hombre es más fácil pero ellos le tienen mucho temor al fracaso y al rechazo cuando están en proceso de conquistar a alguien.
Muchos tienen tanto miedo de ser rechazados por una chica que prefieren convertirse en homosexuales que enfrentarse con una mujer y conquistarla.
Los talleres de seducción de Strauss les exigen a los hombres abordar cien mujeres por mes para que les pierdan el miedo.
El atractivo físico es secundario
Strauss asegura que el arte de la seducción no tiene nada que ver con el físico de las personas. El arte de la seducción tiene que ver con la personalidad y sus habilidades sociales.
Un hombre o una mujer que carecen de atractivo físico pueden conquistar fácilmente a una joven o a un joven muy apuesto si tan solo saben el arte de conquistar.
El arte de seducir y el coqueteo muchas veces es innato, otras veces hay que aprenderlo. Por donde empezar, por creer en uno mismo, por tener confianza en nuestras habilidades y desarrollar la capacidad de aprender a ser un buen seductor. Todo empieza por levantar nuestra autoestima y creer que somos capaces de hacerlo.
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