Dos aspectos en nuestra personalidad
Nuestra personalidad puede ser estudiada desde dos ángulos completamente distintos.
La personalidad del niño que llevamos dentro de nosotros y la personalidad del adulto que desarrollamos al crecer.
Ambas personalidades deberían estar conectadas en armonía, sin embargo las vivencias de nuestras vidas desde pequeños hacen que estas personalidades se desconecten una de la otra y se formen conflictos interiores y vacíos emocionales.
Nuestro niño interior experimenta emociones que pueden variar de una alegría intensa a una profunda tristeza. Por ejemplo cuando de niños vivimos en un hogar disfuncional donde se nos maltrata, se nos descuida o se nos avergüenza, el dolor cuando crecemos es tan grande que tenemos que desconectarnos del niño interior para no recordar esas malas experiencias.
No descuidemos la conexión con nuestro niño interno
Si descuidamos la conexión entre nuestro niño interior y nuestra vida de adulto, sentimientos negativos comienzan a proyectarse hacia las demás personas.
Sentimos que la gente desea controlarnos, criticarnos y nace una ira que empieza a crecer en nuestro ser como niños, que se reflejará en el rechazo que sentimos por los demás y por nosotros mismos.
Nuestra personalidad adulto-niño cuando se encuentra desconectada puede hacer que nos volvamos adictos a sustancias o a otras cosas porque nuestro niño interior pide a gritos ser amado, ser protegido y aprobado por el aspecto adulto de nuestra personalidad.
Al no encontrar esa aprobación reacciona con ira o reprime sus sentimientos en silencio. Por lo tanto si la personalidad del niño interior está conectado a nuestra personalidad de adulta, se nos hace muy fácil ser personas agradables, alegres, divertirnos, socializarnos y ser más sensibles a los sentimientos de los demás.
Debemos escuchar la voz del niño que fuimos un día, no debemos reprimir los sentimientos que nuestro niño nos exterioriza, aunque esos pensamientos nos aterroricen, no podemos acallar su voz.
Debemos dejarlo hablar para conocer cuales son nuestros temores, de esa manera, como adultos que somos podemos tranquilizar al niño y asegurarle que todo va a estar bien.
El niño interior y la psicología
De acuerdo a psicólogos tales como Louise Hay, escritora del libro “Cómo sanar internamente”, al igual que reconocidos terapistas a nivel mundial aseguran que la mayoría de nuestras creencias y patrones de conducta, sean positivos o negativos fueron aceptados por nosotros como una realidad absoluta cuando teníamos entre tres y seis años de edad.
Hemos basado nuestra vida de adultos en esas creencias sean verdaderas o falsas. Algunos ejemplos serían el de las personas que nacieron en un hogar completamente disfuncional donde eran criticados constantemente por no poder ser perfectos, donde el amor por parte de los padres estaba ausente y el autoestima de estas personas se desmoronaba día a día.
Imaginemos el caso de un niño que llega a su casa ilusionado a enseñar un dibujo que hizo en la escuela y los padres en vez de felicitarlo le dicen que el dibujo está horrible, que ya nunca mas dibuje porque el no tiene la habilidad de hacerlo. Este niño se creerá lo que sus padres le han dicho y nunca más volverá a tocar una crayola para dibujar algo.
Crecerá inseguro pensando que todo lo que hace le sale mal y no se sentirá motivado a aprende en la escuela. Se sentirá fracasado y probablemente jamás volverá a hacer un dibujo. Cuando este niño llega a la edad adulta quizás comprenda que no puede cambiar su pasado pero si puede controlar el dolor del niño que sufre en silencio en su interior.
Este individuo puede tomar bajo su control el dejar de sufrir y parar de maltratarse y de auto criticarse. Puede convertirse en una persona segura de el mismo dejando atrás sus experiencias amargas del pasado y sanando sus heridas progresivamente.
Como comenzar la sanidad interior
Asegurándole a nuestro niño interior que lo amamos y que no debe temer de nada ni de nadie es la mejor manera que tenemos para sanar internamente de nuestros complejos que hemos arrastrado por años y reparar nuestra autoestima.
Por medio de esta sanidad interior podremos proyectar una actitud distinta hacia los demás y establecer relaciones sanas sentimentales, trabajar en algo que nos llama la atención y llegar a amarnos incondicionalmente para sentirnos felices con nosotros mismos y por ente con las personas que nos rodean.
Tienes que tener en cuenta que la mayoría de los seres humanos hemos bloqueado la relación con nuestro niño interior y que debemos restablecer la conexión nuevamente. Recuerda que tu niño interior tiene miedo, ha sido herido en el pasado y no confiará fácilmente en ti cuando le hables. Algunos consejos para resolver tus conflictos del pasado son los siguientes:
Toma un espejo pequeño y mírate a ti mismo hasta que aparezca tu niño interior y se refleje en la luna del espejo. Quédate por lo menos cinco minutos todos los dias, hablándole a tu niño interior, dándole tu aprobación y tu confianza.
Te sorprenderás cuando tu niño interno se disponga a asomarse a ese espejo y liberar los bloqueos emocionales que lo tenían sujeto a sufrir y a despreciarse a si mismo.
Créeme que tu niño interior quiere hablar contigo y que tu le prestes atención como si fuera tu propio hijo. Cuéntale cuáles son tus proyectos y tus metas en la vida.
Hazlo que tome seguridad y verás caer los bloques emocionales que te mantenían preso, sin poder avanzar libremente en tu vida personal.
sandra says
Me parece muy bien lo que dicen sobre mi signo del zodiaco. Tienen razon asi soy yo. Todo hace sentido pues describen mi personalidad.