Toda despedida representa un cambio. Hay despedidas mas fuertes de asimilar que otras.
La muerte de un ser querido, enfrentando un divorcio o una ruptura sentimental de mucho tiempo. Una mudanza a un nuevo país o ciudad, el fin de la escuela, un cambio de trabajo, una deportación o exilio, nos obligan en cierto modo a cerrar ciclos o etapas de nuestras vidas y muchas veces no estábamos listos para concluirlas.
Las lágrimas nos dan consuelo y seguidamente llega el momento de enfrentar las etapas del duelo de la experiencia, pero luego hay que atravesar el proceso de duelo, el cual se expresa con las etapas de la negación, del enojo, de la desesperación, de la tristeza hasta que finalmente se llega a la etapa final de la aceptación. Aquí es donde concientemente nos determinamos a cerrar el ciclo.
Nuevas etapas, nuevos ambientes
Decir adios a los seres queridos produce angustia, tristeza y mucho dolor.
Sin embargo no podemos permitirnos vivir bloqueados y aferrados a lo que ya se fue porque siempre es posible comenzar en un nuevo ambiente y vislumbrar una nueva etapa sin continuar sufriendo.
Los seres humanos tenemos la capacidad de asimilar emocionalmente la ausencia de nuestros seres queridos y las despedidas y transformer el dolor que nos causa el cambio en un nuevo impulso para continuar viviendo nuevas etapas que nos depara la vida.
Debemos recordar que cada final marca un nuevo comienzo y el potencial para ser felices cuando hemos superado la etapa de la adaptación y hemos hecho los cambios necesarios.
Acostumbrémonos que todo lo que comienza llega a un final
El final de una etapa en nuestra vida, debe recordarnos que somos seres mortales y que así como el invierno, el verano, el otoño y la primavera llegan a su fin, las vacaciones, una relación sentimental, una película, una fiesta y nuestra vida también llegan a un final.
No hay que olvidar que la vida es una estación de trenes donde encontramos gente nueva y nos despedimos de otros. Por eso aunque nos cueste acostumbrarnos debemos aprender a ser desprendidos y a soltar, dejar ir, sin aferrarnos enfermizamente a lo que nos pertenece porque la vida da vueltas, los hijos crecen, se van, los nietos crecen y toman nuevos rumbos, nuestros compañeros se alejan o mueren antes que nosotros y nuestro ambiente familiar cambia de ciclo en ciclo.
La culpabilidad es el peor enemigo
Muchas veces cuando no nos sentimos capaces de cerrar un ciclo, nos sentimos culpables y responsables porque el ciclo se cierra.
Nos decimos a nosotros mismos que talvez no hicimos lo correcto o fuimos demasiado negligentes, imprudentes, ingenuos y confiados porque no logramos evitar que el ciclo se cerrara y la impotencia de controlar la situación nos hace sentirnos frustrados y llenos de enojo con nosotros mismos.
Esta es la etapa de “si yo hubiera” y debemos recordar que “el hubiera” no existe. Esta es la etapa en la que atacamos abiertamente nuestra autoestima, sentimos que no actuamos correctamente y nos auto juzgamos y criticamos severamente, pensando que en cierta forma nos fallamos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos.
Uno de los ciclos más difíciles de cerrar
Uno de los ciclos que mas nos cuesta cerrar es el ciclo del duelo por la muerte de un ser querido.
Muchas veces ese duelo se convierte en algo patológico que suele durar mas tiempo del que debería.
Esa imposibilidad de cerrar el ciclo es porque el dolor aumenta al auto culparnos por no haber tenido más dedicación a cuidar al enfermo mientras estuvo con vida.
El hacer conciencia de que todo lo que nace también tiene que morir algún día, nos permite entender mejor el ciclo de la vida y a valorar más a las personas y a disfrutar más de la vida.
Todos vinimos a esta vida con un propósito establecido. Para alcanzarlo tenemos que pasar por ciclos e irlos cerrando. Es como si estuviéramos armando un rompecabezas y cada ciclo representa una pieza del rompecabezas.
La vida es un viaje en tren
Si nos ponemos a meditar que la vida es como un viaje en tren, cada estación representa un ciclo. Conocemos a nuestros padres, a nuestros hijos, hermanos y otros seres queridos en la travesía y tambien a nuestros amigos, muchos de ellos siguen en el tren hasta nuestra estación final, otros se bajan del tren antes por diferentes motivos.
Aprendamos a cerrar ciclos y a renovar fuerzas para seguir adelante, adaptándonos a nuevos ambientes, nuevas personas y nuevos proyectos.
A ninguna persona que conozcamos en esta vida la conocimos en vano. Algo aprenderemos de ella y a cada lugar que llegamos también lo hicimos con un propósito que más tarde descubriremos y tendremos la respuesta del porque tuvimos que cerrar un ciclo para llegar a otro.
Stephanie says
Hola, nunca había escrito en un lugar como este… Pero la vida me ha puesto en una situación que no logro controlar, soy de Venezuela y lastimosamente mi país está pasando por una terrible crisis donde el simple día a día de vivir aqui es una constante tortura por infinitas razones, desde no poder comer completo, no poder adquirir las medicinas que necesitas cuando te enfermas, hasta no tener opciones para recrearte de manera segura, porque si sales de noche te pueden matar a sangre fría así de insólito. En fin, en medio de todo esto yo tenía una pequeña fuente de felicidad y era mi novio al cual me llegué a entregar totalmente, duramos 1 año y 6 meses juntos, fuimos compañeros y mejores amigos, tengo 20 años y el 22 pero en mi corta vida ha sido el amor más maduro y serio que he sentido, y de su parte era igual, éramos muy felices juntos hasta que tuvo que irse del país para buscar una mejor calidad de vida y así aspirar por un mejor futuro… Hace apenas dos meses que se fue, y aún no puedo superar su partida, decirle adiós fue una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer y aunque me llena de impotencia y angustia no poder tenerlo a mi lado más, estoy feliz por qué la ha ido excelente aunque siga en casa de sus tíos y apenas esté haciendo cursos de capacitación, sé que pronto conseguirá un trabajo y tendrá éxito en lo que se proponga, es un chico muy listo! Bueno para finalizar, obviamente lo extraño demasiado pero a la vez sé que tengo que dejarlo ir, ya que es imposible que en un futuro cercano vuelva a verlo… Entonces por mi propio bien, porque yo sigo aquí en esta miseria y llena de tristeza mientras el está teniendo la mas emocionante experiencia de su vida. Me gustaría que me ayudaras con algún consejo o algunos tips para luchar contra tanta impotencia que siento, pero sobre todo para poder/querer aceptar que tengo que superarlo ya que por más que no quiera no tiene caso… Y finalmente lograr cerrar este ciclo y poder seguir con mi vida de una manera más sana y sin tristeza. De antemano gracias por este sitioweb, vale oro.
Someone says
Hola, espero estés mejor…
Decirte que si él tomo esa decisión, deséale con mucho amor el mejor de los éxitos pero no te olvides de ti misma.
Si tu situación en Venezuela no es la que mejor te hace sentir también sal de allí y busca opciones en otro lugar, despega, haz tu vida, aún tienes mucho tiempo de tu vida, créeme que cambiar de espacio, de ambiente te hará muy bien, conocerás mucha más gente y eso te hará comenzar a vivir una gran experiencia y descubrir mucho más de ti misma que tal vez has ignorado hasta el momento.
Puede que no sea fácil pero tampoco es imposible, muchos de tu país se han ido y han conseguido algo en otros lugares…
El mejor de los exitos para ti, todo se puede en esta vida, te lo dice alguien que ha atravesado también por cosas muy duras y pérdidas de personas que he amado pero todo no fue más que una oportunidad para descubrirme a mí y no sabes lo gratificante que es.